martes, 17 de noviembre de 2009

Promocionando el Blog Educación Ambiental UJGH en las I Jornadas Científicas Internas de La Universidad Dr. José Gregorio Hernández


Entre los días 11 y 12 de Noviembre se efectuó en la Universidad Dr. José Gregorio Hernández las I Jornadas Científicas Internas, evento de trascendencia académica cuyo propósito fundamental constituyó la divulgación y difusión hacia lo interno, de los productos científicos generados en los Centros de Investigación de la Universidad. La cátedra de Educación Ambiental a través de las profesoras Dayli Quiva y Gabriela Pérez participó en dicho evento con la ponencia titulada El blog como estrategia de socialización en la Educación Ambiental, promocionando la creación de este blog a nivel interno, así como transmitiendo los beneficios que él ha generado y podría originar en la comunidad universitaria.

jueves, 12 de noviembre de 2009

La Cátedra de Educación Ambiental de la UJGH participa en las Jornadas Internas de Investigación de la Facultad de Humanidades y Educación de LUZ


A finales del pasado mes de Octubre, se realizaron las VII Jornadas Internas de Investigación de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad del Zulia, donde la cátedra de Educación Ambiental de la Universidad Dr. José Gregorio Hernández participó con importantes ponencias que tuvieron como objetivo generar espacios para el encuentro, la discusión y el debate acerca de los problemas y desafíos que enfrenta en la actualidad la investigación humanística y educativa en el país. Los profesores presentaron sus trabajos buscando socializar los avances de las investigaciones que desarrollan desde la universidad entre los que figuraron: “Vinculación Universidad-Comunidad a través de los proyectos Ambientales en la UJGH” por las docentes Dayli Quiva y Emilba González, así como “Educación Ambiental a través de Medios de Difusión: Una estrategia de Responsabilidad Social” por Dayli Quiva y Daleisy Montero.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Otra Agricultura para otro clima

Por Esther Vivas Autora de "Del Campo al Plato" (Icaria, 2009). Fuente: www.ecoportal.net

El actual modelo de producción agrícola y ganadero industrial contribuye a profundizar en la crisis ecológica global con un impacto directo en la generación de cambio climático. Aunque a primera vista no lo parezca, la agroindustria es una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero.

Así lo ha puesto de relieve la campaña No te comas el mundo, en el marco de las movilizaciones de estos días en motivo de la reunión de las Naciones Unidas en Barcelona sobre cambio climático, previa a la crucial cumbre de Copenhague (COP15) en diciembre donde debe aprobarse un nuevo tratado que sustituya al de Kyoto.

Según la campaña, entre un 44 y un 57% de las emisiones de gases de efecto invernadero son provocadas por el actual modelo de producción, distribución y consumo de alimentos. Una cifra resultado de sumar las emisiones de las actividades estrictamente agrícolas (11-15%), de la deforestación (15-18%), del procesamiento, transporte y refrigeración de los alimentos (15-20%) y de los residuos orgánicos (3-4%).

Y es que no podemos olvidar los elementos que caracterizan a este sistema de producción de alimentos: intensivo, industrial, kilométrico, deslocalizado y petrodependiente. Veámoslo en detalle. Intensivo, porque lleva a cabo una sobre-explotación de los suelos y de los recursos naturales que acaba generando la liberación de gases de efecto invernadero por parte de bosques, campos de cultivo y pastos. Al anteponer la productividad, por delante del cuidado del medio ambiente y la regeneración de la tierra, se rompe el equilibrio mediante el cual los suelos capturan y almacenan carbono, contribuyendo a la estabilidad climática.

Industrial, porque consiste en un modelo de producción mecanizado, con uso de agroquímicos, monocultivos, etc. La utilización de grandes tractores para labrar la tierra y procesar la comida contribuye a la liberación de más CO2. Los fertilizantes químicos utilizados en la agricultura y en la ganadería moderna generan una importante cantidad de óxido nitroso, una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero. Asimismo, la quema de bosques, selvas... para convertirlos en pastos o monocultivos acaba afectando gravemente a la biodiversidad y contribuye a la liberación masiva de carbono.

Kilométrico y petrodependiente, porque se trata de una producción de mercancías deslocalizada en búsqueda de la mano de obra más barata y de la legislación medioambiental más laxa. Los alimentos que consumimos recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestra mesa con el consiguiente impacto medioambiental. Se calcula que en la actualidad, la mayor parte de los alimentos viajan entre 2.500 y 4.000 kilómetros antes de ser consumidos, un 25% más que en 1980. Nos encontramos ante una situación totalmente insostenible donde, por ejemplo, la energía para mandar unas lechugas de Almería a Holanda es tres veces superior a la utilizada para cultivarlas, a la vez que consumimos alimentos que provienen de la otra punta del mundo cuando muchos de éstos se cultivan también a nivel local.

La ganadería industrial es otro de los principales generadores de gases de efecto invernadero y su avance ha significado una mayor deforestación con un 26% de la superficie terrestre dedicada a pastos y el 33% a la producción de grano para piensos. Sus porcentajes de emisión equivalen al 9% de las emisiones de CO2 (principalmente por deforestación), el 37% de las de metano (por la digestión de los rumiantes) y el 65% del óxido nitroso (por el estiércol).

Este modelo de alimentación kilométrica y viajera, así como el alto uso de agroquímicos derivados del petróleo, implica una fuerte dependencia de los recursos fósiles. En consecuencia, en la medida en que el modelo productivo agrícola y ganadero industrial depende fuertemente del petróleo, la crisis alimentaria, la crisis energética y la crisis climática están íntimamente relacionadas.

Pero a pesar de estos datos, podemos parar el cambio climático y la agricultura campesina, local y agroecológica, como señala el centro de investigación GRAIN, puede contribuir de forma determinante a ello. Se trata de devolverle a la tierra la materia orgánica que se le ha quitado, después de que la revolución verde haya agotado los suelos con el uso intensivo de fertilizantes químicos, pesticidas, etc. Para hacerlo, hace falta apostar por técnicas agrícolas sostenibles que pueden aumentar gradualmente la materia orgánica de la tierra en un 2% en un periodo de cincuenta años, restituyendo el porcentaje eliminado desde la década de los 60.

Es necesario apostar por un modelo de producción diversificado, incorporando praderas y abono verde, integrando de nuevo la producción animal en el cultivo agrícola, con árboles y plantas silvestres, así como promover circuitos cortos de comercialización y la venta directa en mercados locales. Con estas prácticas, se calcula que sería posible capturar hasta 2/3 del actual exceso de CO2 en la atmósfera. El movimiento internacional de La Vía Campesina lo tiene claro cuando señala que “la agricultura campesina puede enfriar el planeta”.

martes, 3 de noviembre de 2009